Y esto viene a cuento de que ayer estaba yo en casa y los niños pasaron de jugar a gritarse (el que grita más fuerte gana) a jugar a policías y ladrones. ¿Hasta ahí normal? No del todo. Os transcribo la conversación:
Javi (policía): Señora, queda usted detenida.
María (delincuente): ¿Y por qué me detiene, si yo no he hecho náaaaa?
Javi: Se va usted a venir a la comisaría conmigo.
María: (bajito) No, no es así. Ahora me tienes que registrar...
Javi: Ah, es verdad. A ver, señora, la voy a registrar.
María: Si yo no llevo ná.
Javi: ¿Y esto qué es?
María: No sé, eso no es mío. Eso no se qué es.
Hay que ver, qué razón tienen los pedagogos cuando dicen que los juegos preparan a los niños para la vida adulta. Estos están prepraradísimos...
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