Historias de manzanas y tarta

Hay muchos cuentos e historias de manzanas y yo tengo el mío particular y un precioso manzano que este año nos ha regalado muy buena cosecha

El manzano del que hoy os hablo es de la variedad Golden con una textura fuerte, sabrosa, jugosa y un poco dulce con un color amarillo precioso




Con unas pocas manzanas voy h hacer esta tarta para disfrutarla con unos amigos

Cojo una lamina de hojaldre forro un molde de cristal lo pincho lo tapo con papel de horno y sobre este coloco las manzanas para asar, aprovecho que se hacen a la vez y las manzanas sirven de peso para que no se suba el hojaldre, lo pongo a 200º el horno y unos 18 minutos

Con estas manzanas, una cucharadita de azúcar y tres de canela en polvo hago un puré con el que relleno el hojaldre



A parte tengo peladas otras dos manzanas y cortadas en gajos para cubrir la mezcla anterior



Así de bonita ha quedado para meter en el horno y que se terminé de hacer



Y así de rica ha quedado, como el relleno es un puré de manzana, con azúcar y canela al cocer sube sobre los gajos de manzana y no necesitas ponerle mermelada o un almíbar, queda muy natural y nos ha encantado a todos

La manzana que queria ser una estrella

Había una vez una manzana que siempre había querido ser una estrella. Nunca quiso ser una manzana. Se pasaba los días pensando, ilusionada, cómo sería una vida brillando desde el cielo.

Cada mañana, sus compañeras manzanas la invitaban a unirse a sus charlas y conversaciones divertidas, pero la manzana, nunca quería participar, sólo deseaba ser una estrella.

Un buen día, vio una cabra que volaba a su alrededor entonces la manzana le preguntó:

—¿Señora cabra, tú sabes dónde duermen de día las estrellas?

La cabra, sonriendo, le dijo:

—¿Acaso no sabes, querida manzana, que las estrellas están en el cielo día y noche? La gran luz del sol no nos permite verlas, pero ahí están, en el infinito cielo, siempre con luz.

A la pobre manzana le entraron muchas más ganas todavía de ser una estrella en lo del alto cielo, y tener siempre luz. Pero como era una manzana, eso la ponía muy triste.

Otro día la manzana le preguntó a la ardilla:

—Dime, ardilla, ¿las estrellas se mueven o están siempre en el mismo lugar?

La ardilla, sonriendo, le dijo:

¿Acaso no sabes, querida manzana, que las estrellas se desplazan recorriendo todo el firmamento y a gran velocidad?

Otro día vio un perro que pasaba por debajo del manzano

Dime perro que es una estrella? Como el perro era un perro inteligente le dijo: es un esferoide luminoso de plasma que mantiene su forma gracias a su propia gravedad.

La manzana no entendió mucho de lo que decía el perro pero por lo que adivinaba era importante ser estrella.

La manzana quería ser estrella a toda costa.

Otro día vio a una hormiga que estaba paseando por las ramas del manzano.

Oye hormiga hay muchas estrellas en el cielo? La hormiga le contestó hay millones y millones que solo Dios sabe cuántas hay.

Otro día pasó un pastorcillo con su rebaño y la manzana le preguntó. Oye pastor me puedes decir si todas las estrellas son iguales.

El pastor contestó: que va todas son diferentes aunque parezcan iguales como ocurre con las manzanas todas parecen iguales pero sois diferentes.

Te voy a contar lo que ocurrió hace más de dos mil años. En un pueblo llamado Belén apareció una estrella diferente y un ángel se le apareció a unos pastores igual que yo que les dijo que había nacido el Salvador del mundo.

La manzana a cada respuesta que le daban deseaba más ser estrella.

Con cada una de las respuestas la manzana aprendía más cosas sobre las estrellas, más ganas le entraba de convertirse en una de ellas.

Pasó la primavera y la manzana fue creciendo y madurando, pero la manzana no era feliz porque quería ser estrella, deseaba por encima de todo convertirse en estrella.

Llegó el verano, y un día, la familia dueña del huerto fueron a coger manzanas las pusieron en un cesto y las llevaron a casa.

Entre las manzanas que cogieron estaba la que quería ser estrella.

La hija de la familia la cogió y la olió. Estaba feliz de haber encontrado una manzana tan hermosa para merendar.

—Mamá, ¿puedo cortarla?

—Claro cariño, pero hazlo con cuidado no te vayas a cortar.

La niña, cogió la manzana, la tumbó sobre el plato con el rabito hacia un lado y la partió en dos.

Cuando separó los dos trozos, la niña se quedó asombrada al ver la estrella de seis puntas que aparecía en el corazón de la manzana. Emocionada, dijo a sus padres:

¡Mirad, mirad, qué maravilla! Aquí hay una estrella.

La manzana había vivido triste toda la vida sin darse cuenta de que dentro de sí guardaba una hermosa estrella y de que, para mostrarla, tenía que abrirse y brindarse a los demás.

Desconozco el autor

¿DARSE A LOS DEMAS TIENE SU PREMIO!

Un millón de gracias por acompañarme y espero que os haya gustado Mil besos

Fuente: este post proviene de Cecilia de la Fuente, donde puedes consultar el contenido original.
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Etiquetas: cuentosRegalos

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