Los materiales que necesitaremos solo serán:
una taza (del color que queráis)
rotuladores Posca (que son multisuperfície) o rotuladores para cerámica
un horno para sellar el dibujo
Lo primero que haremos será hacer un esbozo del dibujo que queramos hacer. No tengáis miedo de que no quede perfecto porque estos rotuladores solo se fijan a la cerámica tras un tiempo horneándose, con lo que si os equivocáis podéis coger una servilleta húmeda y borrar todas las veces que queráis.
Después vais siguiendo el esbozo cambiando la forma y perfeccionándola a vuestro gusto.
Finalmente tenéis que poner las tazas al horno siguiendo las especificaciones del fabricante. En mi caso, usando Posca, tengo que hornearlo a 160º durante media hora.
Como recomendación final diría que es mejor lavar todos los objetos de cerámica personalizados (tanto con posca como con rotuladores únicamente para cerámica) con agua fría o tibia ya que el agua caliente sí podría hacer que se fuera yendo el color más rápidamente.
Espero que os haya gustado el tutorial y ¡hasta la próxima!
:)