Es imposible separar la música del alma humana, son una dualidad espiritual irrenunciable.
Acceder a la música en los momento difíciles nos aporta una calma espiritual que puede convertirse en palanca de re activación de nuestro compromiso con nuestra razón de ser. Por la tanto, la música está íntimamente relacionada con nuestra salud espiritual, creo que los profesionales de la salud deberían tener a la música como un complemento beneficioso en las terapias .
Creo que este proceder tiene abierta una vía abierta en su investigación futura, que será un elemento a tener muy en cuenta para el desarrollo humano.
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