Hasta me daba escalofríos tocarlos, como el sonido de uñas en el pizarrón o un cuchillo pasando por un vidrio.
A ustedes ¿no?
El solo recuerdo me eriza la piel.
Entonces...
Dejé secar (12 horas) y pinté por segunda vez.
Busqué piedras, mostacillas, canutillos, cuentas
y alambre e hice un "collar" para ella.
ah.... que distinto es acariciar ahora la superficie tan suave
de mi regadera colorada...
Jubilada del trabajo para el que nació,
ahora adorna mis ambientes.
Con piñas, plantas o pompones, todo queda lindo con ella cerca.
Fácil y rápido.
Un shock de color.
Para realizar en un fin de semana que promete días hermosos.
Te invito a pasar por el blog de Marcela
http://colorincoloradoblog.blogspot.com.ar/
y conocer los trabajos de mis compañeras.
Buen fin de semana.
María.