Desde pequeña me han dejado pasmada, todo en general. Los monumentos falleros, sus dimensiones, colorido, la delicadeza de sus figuras, la crítica (no tiene desperdicio...) son espectaculares, incluso cuando las queman. Las falleras, con esos vestidos fabulosos, las telas, unas sedas maravillosas bordadas, las joyas, el peinado... Algún año he tenido el honor de vestirme y he ido a la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, ha sido una gran experiencia, ha merecido la pena el madrugón para peinarme (después de haber estado casi toda la noche de berbena...) porque una vez te has vestido, te han maquillado y estás lista para salir, es como si fueras una princesa, con esos trajes majestuosos... y te da igual la caminata, es una emoción inmensa llegar hasta los pies de la Virgen, ofrecerle tu ramo y una oración. Y la mascletá, el ruido atronador y el olor de la pólvora... uhmmm! eso no tiene precio!!
Sí, ya están aquí las Fallas, ya podemos oler el aroma de primavera que está tan próximo.