En este reportaje nos iniciaremos en tan gratificante modalidad bajo la guía de nuestra amiga Tela-pinto, quien amablemente explica paso a paso el método realizando un precioso dibujo infantil. Como las buenas profesoras, nuestra amiga sabe trasmitir una habilidad con entero dominio, y al mismo tiempo con la vivacidad de quien acaba de aprenderla. !Coge el pincel y la tela, que empezamos!
“Empezamos a pintar por la parte más al fondo, la pierna derecha. Ponemos el color de base, amarillo, y perfilamos el borde con siena; pulimos el borde para que las líneas se suavicen y añadimos siena en la parte de la pierna detrás del pie. Eso sería nuestra primera sombra”.
“La parte de la pierna derecha que asoma bajo la pierna izquierda también llevará sobre el amarillo de base un poco de siena, para darle la sombra. Está también por detrás de la pierna izquierda”.
“La parte del pie que está sobre el suelo recibe menos luz, por lo tanto también le pondremos un poco de siena para darle sombra”.
“Ponemos un papel absorbente bajo el dibujo. En este caso no hace falta tensar la tela, porque es lisa y no da de sí como la tela de camiseta”. Nuestra amiga escoge para su demostración colores suaves, adecuados en la ropa de un bebé.
Los diferentes colores crean los efectos de luz y sombra: “Ahora, a la punta del pie, que recibe más luz, le ponemos un poco de blanco para que resulte más iluminado”.
Toma la palabra la experta: “elegimos un dibujo, sencillito para empezar, y pasamos a lápiz los trazos más importantes del motivo”.
La atención al volumen de la figura que deseamos representar es constante. “Ahora damos toques de color blanco a la punta del pie, dado que está más afuera y recibe más luz”.
“La pierna izquierda llevaría el mismo proceso. Bajo la barriguilla que llega menos luz ponemos un poquito de siena”. A continuación nuestra amiga sombrea la planta del pie, dado que recibe menos luz, y nuevamente suaviza la sombra subiendo un poco el siena hacia el amarillo.
“Pasamos a la carita del oso, porque se queda por detrás del corazón, y la pintaremos antes al estar en segundo plano. Para ello, pintaremos los ojitos y la nariz con negro”.
“Difuminamos un poco el blanco, para que quede más suave”.
Mágicamente, el osito va cobrando forma. “Como la parte que sobresale de la barriguita recibe más luz, ponemos sobre el amarillo un poco de blanco”.
Y proseguimos con el elemento contrario, la sombra: “la parte de la barriga que se queda detrás del corazón recibe poca luz, por lo tanto la oscurecemos con siena”.
“Abordamos ahora la parte más grande de la cara. Empezamos por la superficie que queda detrás de la nariz, que al estar un plano posterior llevará más sombra”.
“Ahora vamos perfilando la parte exterior de la cabeza, y la suavizamos trayendo parte del siena hacia el amarillo”.
“La parte de la cara que queda detrás del corazón, también tendrá sombra”.
“La parte del hocico que recibe luz, por estar más afuera la matizamos con blanco”.
“Luego las orejas, porque se quedan por detrás de la cabeza. Las pintaremos como hemos visto antes: la parte interior de la oreja, que recibe menos luz, más oscurita, y la parte de afuera que recibe la luz, más clarita”.
Nuestra experta amiga aborda con la misma pauta el otro lado de la cara.
De nuevo, el pincel consigue representar la tercera dimensión: “ahora damos un poco de blanco en el extremo derecho del corazón, para que parezca más abultado y brillante”.
“Cuando esté un poco seco, podemos añadir más blanco para dar luz en los sitios que más sobresalen. Podéis ir acentuando también la luz en el corazón, y ya está”.
“Cuando esté bien seco (las etiquetas de las pinturas, suelen decir que pasadas 24 horas) plancháis por el revés de la tela a la temperatura más alta que aguante el tejido”. El resultado nos parece deslumbrante, ¡gracias a nuestra amiga por la deliciosa lección!
“Elegimos dos tonos rojos y el blanco para pintar el corazón. Pintamos el centro del corazón con el rojo más claro, y los extremos con rojo más oscuro para que dé sensación de abultado. Suavizamos el oscuro hacia el claro”.
“Por la parte de abajo, que recibe menos luz, aumentamos la cantidad y el espacio en el que ponemos el rojo oscuro”.
“Suavizamos la unión entre los dos tonos”.