Saboreando el dulzor de la miel en mi colacao, tengo que decir que el airazo que está haciendo éste invierno me tiene la cabeza del revés, lo que me faltaba a mí, pensaréis, pues sí...
Y ya a medio mi vaso y finiquitadas mis tostadas, confieso que me he vuelto una madre paranoica, que soy una plasta con mis hijos y que tengo que volver a relajarme y a pasar un poco, y sólo de vez en cuando, de los malos modales de unos niños de 6 y 2 años.
Como me parece muy liviano el desayuno, mojando alguna galletica, termino éste desayuno diciendo que a partir de la semana que viene empiezo un propósito de ejercicio diario que me permita lucir michelín éste verano, pero de una manera moderada, que tampoco me quiero quedar escuchimizá.
Y ahora sí recogiendo la mesa,me despido hasta el viernes que viene con cuerpo de vacaciones y energía a tope para ¡liarla parda mientras pueda!