Así, que mi inspiración fué esta.
Rescaté dos dibujos míos.
Los reducí de tamaño y los llevé a la copisteria. Hurgé por los restos de bricolaje de mi compañero, y encontré un pedacito de mandera.
Revolví un poco la casa y encontré, dos llaves en el bául de guardar para cuando llegue su ocasión.
Hice mi técnica favorita, transfer de imágenes (más info haz clic aquí). Con la ayuda de dos alicates, doblé las llaves.
Presenté las llaves en la madera, y con un punzón marqué su sitio.
Rebusqué en la caja de herramientas, dos tornillos que se asemejaran al color de las llaves y los encontré.
Y en un día cualquiera, que no es ni su cumple, ni nada, ya tengo un pequeño detalle para mi compi, y sus vehículos, con la esperanza de no encontrar las llaves en cualquier cuenco o rincón de la casa destinado a otros usos, jeje