Pero de costura ya os hablaré otro día, porque hoy os traigo algo que también tenía ganas de probar y estoy bastante contenta con el resultado. Aunque el dibujo definitivamente no es lo mío, creo que he logrado un diseño... curiosillo ;) Para el tutorial de hoy solo se necesita un bote o botella de cristal, un rotulador blanco permanente y una cuerda o cinta para rematar el borde del bote. El resto ya va en gustos.
Lo primero es el dibujo. Yo fui improvisando pero podéis utilizar una plantilla o buscar algún dibujo inspirador. Una vez seca, ponéis la cuerda alrededor del borde para disimular la rosca. Yo además le añadí unas plumas, la grande la hice con arcilla blanca (el día que hice las casitas). Y listo! En función de si tenéis flores naturales o no, rellenáis con agua. Yo puse piedras porque tenía este brezo de tela desde hacía un montón, y no había forma de ubicarlo en ningún sitio.
Que os parece? Facilito, no?
Un abrazo!!
Fotos: Sara González Carrasco