MicroPlanet distribuye luminómetros para verificar la eficiencia de los procesos de limpieza

Después de más de un año conviviendo con la pandemia, poco a poco se van despejando diferentes incógnitas sobre el SARS-CoV-2. Al inicio de la epidemia, cuando el virus todavía era un desconocido, los expertos recomendaban desinfectar todo tipo de superficies para evitar posibles contagios. Poco a poco, se han ido publicando diferentes estudios que evidencian que el contagio por tocar una superficie (o fómites, en lenguaje técnico) es mínimo. Uno de ellos, del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), que señala que “se considera posible, aunque hasta el momento no se ha documentado la transmisión a través de fómites”. Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), afirmaban el pasado mes de octubre, que “las superficies no son la principal forma de propagación del virus”, y aseguraban que “la transmisión a través de gotitas respiratorias infecciosas eran la principal vía de transmisión”. Un nuevo estudio llevado a cabo por el Instituto Español de Investigación Enfermera, junto al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), del Ministerio de Defensa, corrobora que la Covid-19 se transmite por aerosoles de infectados.

A pesar de ello, en las superficies de alrededor cohabitan diferentes tipos de microorganismos, entre ellos agentes patógenos. En zonas donde hay un mayor flujo de personas, como pueden ser el transporte público, hospitales, empresas o industrias, con superficies muy expuestas, el riesgo de contagio o propagación de infecciones suele ser mayor. “Pese a que en hospitales o industrias ya existen procedimientos que verifican la eficacia de los procesos de limpieza, en algunos casos, estos pueden tardar días en ofrecer resultados, con lo que se resta eficiencia al proceso. Lo ideal es poder garantizar la ausencia o carga mínima de microrganismos justo después de realizar los protocolos”, señala Juan Ramón Ortiz, director de la compañía MicroPlanet, especializada en el suministro de productos y servicios para el laboratorio y la industria, que añade que “esta verificación es posible con la tecnología de detección de ATP, que ofrece resultados en menos de 10 segundos, indicado si dicha zona es correcta desde el punto de vista higiénico”. El ATP es una biomolécula orgánica propia de los organismos vivos y su detección indica la presencia de biomasa. La bioluminiscencia con trifosfato de adenosina (ATP) está reconocida por las Buenas Prácticas de Producción (GMP), como el mejor sistema de control de limpieza. “Dicho método se está implementando cada vez con más frecuencia, en sistemas HACCP de hospitales, industrias alimentarias o empresas que prestan servicios de limpieza e higiene”, afirma el director de MicroPlanet, cuya compañía distribuye en nuestro país el luminómetro MVP ICON® de BioControl Systems, como solución idónea para la medición de ATP in situ. “Gracias a sus varias patentes, a su exclusivo diseño y a la incorporación de la última tecnología de sensibilidad fotométrica, dicho luminómetro se convierte en el equipo idóneo para la implantación de un plan de control de limpieza. En pocos segundos se puede verificar si una superficie está ausente de biofilms, y analizar estadísticamente las tendencias de los análisis de los puntos de muestreo”, señala Ortiz.
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