Estas dos mesillas que hemos restaurado tienen una historia muy bonita.
Una buena amiga nos pidió que hiciéramos algo especial con dos mesillas de noche que habían pertenecido a su madre.
Nos gusta que nos cuenten que esperan en el cambio, ella quería que fuera un recuerdo de su madre. A partir de hay fuimos tomando decisiones, lo primero fue pedirle cartas que su madre hubiera escrito y diseñamos un papel con las cartas y unas rosas secas que conservaba.
Nos llamó la atención que en la parte trasera se conservaban los impresos de importación a Canarias desde la fábrica de Logtoño, quisimos conservarlos y que sigan siendo parte su historia.
Comenzamos lavando las mesillas, con agua y jabón.
Lijamos un poco y le dimos imprimación.
Elegimos un color blanco roto en pintura acrílica.
Le dimos tres manos para que el color quedara bien, lijando en la última
Forramos el interior de las gavetas con papel de empapelar.
6. Quisimos aportarle luz en el sobre de la mesilla para ello la pintamos a rayas en plata.
7. Al papel exterior le recortamos los bordes con los dedos y le envejecimos con tinta distress.
Le añadimos unas filigranas en las gavetas.
Decapamos un poco los bordes de las mesillas.
Dimos dos capas de barniz mate.
No cubrimos todos los golpes que tenían porque pensamos que esos golpes le dan un encanto.
Y ahora sólo queda ver la cara de nuestra amiga cuando las vea, ¿le gustaran? ¡Sí, seguro!
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