Jabón de trigo y cerveza: está fundamentalmente destinado a las personas con la piel deshidratada y fatigada. Por otra parte, ayuda a atenuar la proliferación de arrugas cuando empiezan a salir las primeras, prueba de que, con una higiene adecuada, los síntomas de la vejez se pueden retrasar considerablemente, sin olvidar el elevado componente de autoestima que conlleva esto.
Jabón de leche y pepino: consiste en un limpiador muy suave ideal para el rostro, ya que hidrata la piel y realza su luminosidad. A su vez, resulta acertadamente apropiado sobre las pieles que han sufrido una exposición prolongada al sol y sus inevitables consecuencias.
Hay que resaltar que no solo se pueden fabricar estos magníficos jabones, sino que también se está volviendo una práctica muy atractiva el hacerse con aceites para masajes. Los hay de limón, romero, rosa, eucalipto, naranja, melisa, ciprés, almendra, lavanda, jazmín, manzanilla, menta, tomillo, caléndula, centella mayor, aguacate, germen de trigo, maíz, avellana y nuez, entre muchos otros.
Las cremas, sales de baño, body milk y tónicos tampoco han de faltar en ningún pack higiénico saludable casero.
¿Os gustaría probar estos jabones caseros? ¿Qué os parecen los de la imagen, realizados por Ekuss? ¿Nos enseñáis los vuestros?
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