Hoy quiero enseñaros un cuadro bordado, que me equivoqué al elegir los tonos de los hilos.
El dibujo es una preciosidad, no es porque sea de mi hijo, pero representa a unos novios, amigos suyos, recién casados con el ramo de novia.
Para el chico elegí un azulón, y para la chica un dorado ideal, ambos de "la abuela Dolores", regalos de mi amiga Lola.
Bueno, quizá estéis viendo, como yo, que la novia está en un tono salmón.
Por eso os lo quería contar, usé un rotulador rojo de los que se borran con la plancha (y aparecen después si lo metes en el congelador), y el contraste no me parecía mal.
Pero... fijaos cuando lo planché
la novia parece un fantasma que se va a escapar en cualquier momento.
Asi que lo tengo en el departamento de UFOS para reparar, no sé si será por tiempo indefinido.
Es una pena, porque el trabajo me quedó fenomenal, pero hay que echar, al menos, dos pensamientos antes de hacer algo.
Si de los errores se aprende, yo voy camino de sabia.
Y sigo coso que te coso...