- Una buena forma de comenzar consiste en hacerse con unas plantillas, las cuales se imprimen y, sin enhebrar la aguja, se van cosiendo por las líneas negras, de forma que se sigue el sentido que queremos, consiguiendo un acabado perfecto en las costuras.
- Los hilos de mercería son un gran recurso, ya que son más resistentes y facilitan la labor a máquina.
- No dejéis de utilizar cualquier pedazo que os sobre de alguna tela o piel, lo que dará lugar a gran variedad de tejidos, además de resultar económico y original.
- En los inicios, a la hora de ajustar la tensión, se pueden usar dos colores del mismo tipo de hilo para ver con claridad en qué punto falla y ponerlo mejor.
- La máquina de coser consta de una variedad de agujas a emplear según el grosor de la tela, por lo que se usaría una numeración mayor o igual a 90 para los vaqueros y la 80 para telas menos gruesas; si fueran muy finas, se colocaría un folio para que no se encogiera, que luego es muy fácil de quitar.
- Una manera de acercarse a un resultado más satisfactorio consiste en probar un trozo de la tela que se vaya a utilizar para comprobar la tensión y la puntada.
- El último consejo, y no por ello menos importante, se basa en practicar y practicar con muchos tejidos y puntadas para ir adquiriendo habilidad y confianza, y no perder la paciencia si al ir aprendiendo sale a veces torcido.