Con una simple pulsera de metal, y unos restos de algodón de colores que tenía perdidos por casa, pueden tejerse cosillas tan decorativas y útiles como este colgador. Se teje en una tarde bien, y su coste es práticamente cero.
No he usado ningún patrón en especial, como verás son solo tres rectángulos unidos por los bordes. Ahora que lo pienso, imagino que se podría hacerse una preciosa versión aprovechando restos de tela.