El primero de ellos es este proyecto extraído de un libro de Erika Knigh, Punto Fácil. Es un patrón muy sencillo se tejen dos piezas en espiral, se cosen los extremos y posteriormente se cosen ambas en círculo. Las partes más complejas -para aquellas personas que estén empezando- son las vueltas cortas y las costuras. Pero una vez dominadas las vueltas cortas, el resto es pan comido. Puesto que era tan fácil el proyecto, pensé en tejerlo sólo de una pieza y aprovechar restos que me quedaron de este chal que tejí. Para tejerlo de una pieza multipliqué el número de puntos a montar por dos. Después ya pude seguir las instrucciones del libro.
Otra de las partes menos fáciles de este proyecto son las costuras que hay que hacer para unir los extremos de la espiral. Quería que quedara equilibrado y que no se notaran las costuras en el cojín. Así que comencé con un montaje provisional para después recuperar los puntos y coserlos con una costura invisible al final.
También quería combinar los restos de lana que tenía, por lo que separé cada una de las secciones con dos vueltas de punto bobo. Puse doble hebra para que quedara bien tupido y evitar que entreviera el relleno.
Proyecto en ravelry
Fue un proyecto bastante rápido y entretenido. Además, podéis hacer dos versiones: una fresca de algodón para el verano y otra de lana cálida para el invierno. La de invierno ya la tenemos lista para estrenarla.
El invierno pasado empecé una manta con un montón de ovillos solitarios que tenía en casa. Cuando terminé la manta (en breve os la mostaré), me quedaron un montón de ovillitos con los que no sabía muy bien qué hacer. Primero pensé en realizar un cojín con el mismo motivo que el de la manta pero no tenía suficiente lana en algunos colores. No obstante, la idea de un almohadón a juego con la manta me gustó.
Una tarde de inspiración empecé con la idea que había estado rumiando durante días. El esquema del cojín es sencillo: se empieza con 8 puntos, se aumenta en las diagonales y cuando llegas al tamaño deseado, comienzas a disminuir. Escogí agujas muy pequeñitas y tejí punto bobo muy apretado. El cojín quedó muy tupido y mullido. En el extremo del cojín, añadí un cordoncito para darle más definición y añadí un hueco en el que posteriormente iría una cremallera.
También quería poder abrir y cerrar el cojín para lavarlo. Pero quería hacerlo con una cremallera. Hasta ahora no había combinado costura con punto y quería experimentar. Una vez terminado el cojín, me puse con la cremallera. No sabía muy bien cómo afrontar el reto así que la primera idea fue coserla a la máquina. Fue un desastre total: no encajaba y quedaba muy arrugado. Dejé los medios eléctricos a un lado, tomé aguja e hilo y la cosí a mano. El resultado ya lo podéis ver vosotras. No está perfecto -las agujas de costura todavía se me resisten-, pero se puede abrir y cerrar y el tejido no quedó ondulado.
Proyecto en ravelry
El patrón de este cojín es creación mía. Estoy escribiéndolo para que lo podáis tejer y aprovechar las madejas que tengáis por casa. Así que si os gusta el cojín y os apetece probarlo antes de que se publique, os agradeceré que me mandéis un mensaje.
Por último, os dejamos una foto de cómo quedan estos dos mulliditos cojines en nuestro hogar bisunero.
Otras creaciones tejeriles:
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Mi vida tejeril: manta para bebé.
Mi nueva chaqueta de lino.
Un nuevo habitante en la casa Bisoux: Alpaco Mer.
Mi vida tejeril: chaqueta de boda.