El simbolismo del caracol está intrínsecamente relacionado con la espiral y también con la caracola. La espiral es uno de los símbolos más antiguos del ser humano, significa la unión del hombre con el universo y con Dios; la reconexión espiritual; el movimiento ascendente de las almas en la creación.
El caracol también es símbolo de fertilidad, energía femenina y vida. Debido a sus babas, para los aztecas era símbolo de fecundidad. El caracol aparece y desaparece ocultándose dentro de su caparazón, por ello es símbolo lunar, en el sentido de regeneración periódica.
Como Tótem enseña la perseverancia, la determinación, la paciencia. Enseña a usar la lentitud en nuestro beneficio, no siempre es bueno precipitarse.
Aceptar el refugiarse en uno mismo, ya que el caracol sella su caracola para evitar secarse cuando hace mucho calor fuera. El caracol es precavido, está alerta y no se fía del todo; además se esconde cuando hay peligro, por lo que enseña a estar alerta, saber retirarse a tiempo y protegerse del peligro.
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