Pues bien, llegó la hora de entregar el primer quilt, por supuesto, el de mi madre.
Cuando haces un regalo lo envuelves, ¿no?
Yo hace muchos años que uso para tal fin, bien una bolsa de tela, bien una cesta.
Para esta ocasión especial, me detuve a echar un pensamiento especial.
Ésto es lo que salió:
Una bolsa a juego con el quilt.
Ahora por la otra cara:
Como habéis podido suponer, siguen siendo bloques hechos con las camisas de mi padre.
El interior, forrado con otra camisa de Mateo:
Se lo llevé la semana pasada a mi madre y tengo que decir que le gustó muchísimo, tanto que estaba deseando que llegase la hora para bajar al parque y enseñárselo a sus amigas.
Vosotros, no os preocupéis, que mañana os enseñaré el primer quilt de cuatro con todo lujo de detalles, tanto de aciertos como de errores.
Y sigo coso que te coso...