Mirando el desorden que habita en mi zona descubro unas tapas de plástico que me pedían orden.
Tapas que dejaron su bote en otro lugar y que yo adopte para formar parte de un todo que en ocasiones es un nada, pero bueno....
Lo primero era limpiar como es debido.
Encontrar su complemento era fácil y las fechas idóneas.
Me sorprendí de lo mucho que me gustaba el resultado.
Incluso me anime a juntarlas como si al corro de la patata jugasen, para lo que me ayudó mi gran aliada la pistola de silicona caliente.
Puede que no sea muy duradero, será fugaz como la navidad.
Pero el resultado me parecía perfecto. Este año no tenía ninguna corona para la puerta.
Es gratificante la sencillez.
Poco más hay que contar, esta vela ilumina mi navidad.
No puede faltar una vela en navidad, ella se entrega a sí misma dispuesta a hacerse más pequeña para iluminarnos.
Tampoco faltarán los trineos, bolas, muérdago y purpurinas.
Nos vemos en El Colmado de Salma que amablemente me invita y yo te invito a visitarla.
Llegados a este punto toca despedirse, espero que te haya gustado, también espero tus comentarios con todo el cariño del mundo, ya sabes que me hace mucha ilusión.
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