Esto no quiere decir que debamos estar constantemente de pie. Lo importante que hay que recordar es que ninguna cosa es buena cuando se hace en exceso, ya sea trabajar sentado, trabajar de pie, estar echado, andar, correr, mirar la pantalla del ordenador, etc.
Beneficios de trabajar de pie
El hecho de estar sentado no es perjudicial. El problema aparece cuando pasamos mucho tiempo sentados y lo convertimos como un hábito diario. Existen muchos productos ergonómicos que nos ayudan a evitar futuras lesiones por malos hábitos en la oficina. Trabajar de pie nos afecta de tres formas distintas:
Una mejoría en la salud
El hecho de pasar muchas horas sentado aumenta el riesgo de padecer distintas enfermedades como la diabetes, sobrepeso, problemas derivados de una mala circulación, dolor de espalda o problemas de próstata causados por la inactividad física. Incluso aumenta la probabilidad de sufrir depresión.
Al trabajar de pie mejoramos la circulación y la fuerza de nuestros músculos evitando un envejecimiento prematuro.
Aumento de nuestra productividad
Cuando trabajamos de pie aumenta nuestro nivel de energía y mejora nuestra atención. Estamos constantemente experimentando una sensación de urgencia que nos ayuda a terminar la tarea que tengamos pendiente.
Esto funciona bien para tareas las cuales sabemos qué y cómo hacerlas, pero para tareas creativas puede ser más aconsejable hacerlas en una posición más cómoda.
Mejora nuestro aspecto físico y sentido del humor.
Según un estudio de la Dra. Joan Vernikos permanecer sentados acelera el proceso de envejecimiento. “No estamos diseñados para estar sentados de forma continua.”.
Como comentamos anteriormente, estar de pie aumenta nuestra energía y nos hace sentir de mejor humor. Es como un interruptor, no es lo mismo estar encendido que apagado.
Y por supuesto el estar sentado quemamos menos calorías y no fortalecemos las piernas. Según un estudio realizado estando de pie se queman unas 50 calorías más que estando sentado por cada hora.
¿Entonces trabajamos de pie o sentados?
La solución es alternar el trabajo a ratos de pie y a ratos sentado. Escucha a tu cuerpo y actúa en consecuencia. La clave es cambiar de postura regularmente para mejorar la circulación y evitar que nuestros músculos se fatiguen.
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