El se llama Bender, y es un labrador de 6 años y medio. Aun me acuerdo el día que llegó a casa, tenía un mes y era una bolita de color crema, que aún no sabía caminar bien y meneaba ese traserillo con tal gracia que se nos caía la baba.
Ya desde pequeño apuntaba maneras y nos hizo alguna de las suyas, la más memorable fue antes de haber cumplido los dos meses: A la vuelta del trabajo, entré en casa y la puerta de la cocina estaba entreabierta, salía mucho vaho y se oía el agua correr. Entré en la cocina y esto es lo que me encontré: Había utilizado los cajones del mueble de la cocina como si fuera una escalera, los había abierto él solo, y teniendo en cuenta que su cabeza solo llegaba al primer cajón fue todo un prodigio. Había caminado por toda la encimera hasta llegar al extremo contrario donde estaba el fregadero, había abierto el agua y se había mojado toda la cocina, al entrar estaba sentado dentro de un cajón comiendo pienso para cachorros mientras que el agua no dejaba de caer y caer.
Desde aquel día supimos que nuestra vida había cambiado para siempre. ¿ Queréis ver alguna foto de peque?
Tenéis todas estas!!!! ¿a que era muy rechonchito??!!!
Bueno, luego se hizo grande, grande y ese es el pedazo de perro que me sigue a todas partes.
Le gusta correr por la hierva mojada, meter el hocico en los ríos, las manzanas y las galletas, no le gusta que le molesten mientras duerme la siesta y olor de las naranjas. Su preferida es Julieta, cuando llegó a casa con apenas un mes, el le daba con el hocico en el traserillo para que caminara y no se cayera, le cuidó y no le perdió de vista, hoy en día Julieta se lo agradece mañana, tarde y noche, porque no se separa de él.
Bender entiende muchas palabras, pero será mejor que si estas cerca de él no se te ocurra decir chuches, porque aunque no sea con él el tema, no parará hasta que le des algo rico.
Toda la familia quiere a Bender, por ser divertido y bondadoso, cariñoso y juguetón.
Hoy en día, después de haber compartido mi vida con estos amigos, solo puedo decir que antes de eso, no sabía cuanto se podía querer a un animal, debemos cuidar y proteger a los animales, porque ellos comparten este mundo con nosotros.
Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.
Mahatma Gandhi
No me importa si un animal es capaz de razonar. Sólo sé que es capaz de sufrir, y por ello lo considero mi prójimo.
Albert Schweitzer
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