Ha sido una experiencia muy enriquecedora y he aprendido y disfrutado un montón. Cómo agradecimiento he tejido una abuela costurero.
Ana, su nueva propietaria está encantada y muy agradecida por el detalle. Yo por mi parte me quedo con todo lo bueno que he aprendido durante estos días, me ha dado pena tener que dejarlo.
Ahora a seguir aprendiendo y formándome.
Fuente: este post proviene de Las cosas de tía Marta, donde puedes consultar el contenido original.
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