Si la buscas en un mapa verás que es la ciudad más septentrional de Suecia, que está situada justo por encima del Círculo Polar y que -aunque el mapa no lo diga- hace mucho, muchísimo frío. ¡Ya está!, son los ingredientes necesarios para que en las noches de invierno los cielos de Kiruna se llenen de luces mágicas: las Auroras Boreales, pretexto, causa y fin de nuestro viaje.
Mientras distraíamos la espera del avión retrasado se nos ocurrió consultar la previsión meteorológica: cielos nublados y nevadas intermitentes durante los siguientes 4 días,o, lo que es lo mismo, mínimas posibilidades de ver un trocito de cielo y nulas esperanzas de atisbar una Aurora?
Revisamos las previsiones de todos los servicios meteorológicos para todos los puntos de la región: Nubes. Al final, una web se atrevió a devolver una tímida luna para esa misma noche, entre las 0:00 y las 4 de la madrugada, en el Parque Natural de Abisko (¡100 km al norte de Kiruna!). Las posibilidades de que el único pronóstico mínimamente positivo se cumpliera eran escasas, pero aún así decidimos alquilar un coche y lanzarnos a nuestro particular safari "a la Caza de la Aurora Boreal?. Y así nos encontró la noche, rumbo al norte por carreteras desiertas y en medio de una gran nevada.
Tras casi dos horas de viaje dejó de nevar, se abrieron las nubes y el verdeazul de las Luces del Norte empezó a teñir el cielo: ¡lo habíamos conseguido!. Paseamos bajo la magia de las Auroras Boreales, a orillas del lago Torneträsk, hasta que los -21º que marcaba el mercurio nos obligaron a regresar al coche. En cualquier caso, el espectáculo compensa el viaje, la incertidumbre e incluso el frío, y sin duda lo incluyo en mi lista personal de "must do"s".
Ah!, hicimos mil fotos pero todas quedaron fatal? Os dejo un par, ni que sea por curiosidad.
Más tarde nos enteramos de que la principal atracción de Abisko es la Aurora Sky Station, considerada uno de los mejores sitios del mundo desde donde contemplar las auroras boreales. La experiencia consiste en ascender una montaña en telesilla para así disfrutar del fenómeno natural suspendido en medio de la nada. Lo malo es que debes contratarlo con tiempo, por lo que nadie te asegura que vaya a haber Auroras (dependerá de la actividad solar, la temperatura y por supuesto, de las nubes). La buena noticia es que a través de su webcam - y desde tu sofá - puedas echar un último vistazo a las Auroras antes de irte a dormir.
Me he alargado mucho: el resto del viaje en un próximo post.