Lo hemos vuelto a hacer: con premeditación, alevosía y absolutamente disfrutado. Vane y yo nos hemos juntado de nuevo para pasar un buen rato juntas haciendo manualidades. Si nuestra primera cita fue el carvado de sellos, esta vez nos ha tocado pintura sobre porcelana. Como podéis comprobar, vamos de modernas, pero en cuestión de DIY somos unas clásicas.
Materiales:
- Necesitamos platos y tazas cuanto más lisos mejor. Aquí podéis elegir entre darle una segunda vida a alguna vajilla sosa que tengáis por casa o ir a Ikea, donde las venden tiradas de precio ¿Adivináis donde desayunamos nosotras?
- Pintura o rotuladores especiales para porcelana. Si usáis pintura, también necesitaréis pinceles.
- Buscar una idea bonita para poner en nuestra vajilla. Pinterest es siempre un buen lugar para buscar inspiración. También pueden servir plantillas o sellos que además harán el trabajo más fácil.
Porque no os voy a engañar: no fue tan fácil como esperábamos. Hacer un dibujo con precisión cuesta un poquito, pero seguro que con paciencia y un poco de práctica conseguís un dibujo decente. Por si os equivocáis, tened siempre a mano alcohol y algodón para borrar inmediatamente. Secáis bien y empezáis de nuevo.
Una vez, hayáis terminado con el diseño, toca fijar la pintura. La tinta se hace permanente tras un tiempo en el horno. Debéis seguir las instrucciones que aparecen en el rotulador: en nuestro caso 30 minutos a 140º.
Después los podéis usar con normalidad aunque yo evitaría estropajos muy agresivos o meterlos en el lavavajillas.
¿Os animaréis? Ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina, quedan perfectos para personalizar un regalo o para incluirlos en las decoraciones navideñas (veo como el ciervo que hizo Vane, os hace ojitos sin parar).
Si los hacéis, no dejéis de compartirlos con la etiqueta #amorentokio. Nos encantará verlo.
P.D: La maquinaria ya se ha puesto en marcha y en diciembre atacamos por partida doble. Avisados estáis.