Las posibilidades son inagotables: costureros, juguetes, vitrinas para bisutería, escenas en miniatura, soportes de recetarios… Adornar esas cajas nos evitará comprar muchos recipientes necesarios, que no son nada baratos en una tienda de decoración siquiera mediana. De paso aprenderemos a manejar productos diversos como barnices, craqueladores, stencil y pinturas.
Desdelmar nos enseña un bonito ejemplo de caja para cualquier uso, que puede ser una pieza decorativa por sí misma.
El trabajo de Lore_csm añadiendo a la tapa un motivo en trencadís ha convertido la caja en un precioso adorno de sobremesa, que puede además servir para guardar la agenda telefónica.
Con dos cajas de vino superpuestas, Forforia ha realizado un amplio y funcional costurero, que gracias a las ruedecillas multiplica su comodidad de manejo.
La simpática idea de Abueli con una caja de vino fue crear un pequeño aparador para la bisutería de su hija.
En el acogedor taller de Monane, las cajas de vino han servido para ensamblar unas estanterías muy prácticas.
Begomat nos enseña un cautivador rincón en miniatura, completamente realizado por ella. La caja sirve como inmejorable escenario para una mercería de cuento.
Ninapakari es una apasionada de las cajas de vino, y las usa en infinidad de diseños. La que vemos en la foto, menos honda de lo habitual, se presta muy bien como clasificador de bobinas.
Esta atractiva pieza es el botiquín de Isbel10. Nuestra lectora ha pintado en la tapa un recipiente clásico como los que se usaban en las farmacias antiguas para guardar los productos.
Merijoe ha recurrido al decoupage para conseguir un atractivo soporte donde colocar sus libros de cocina
Otra encantadora escena en miniatura a partir de una caja de vino es la que nos ofrece Susan. De hecho, son su gran especialidad y ha realizado numerosas variantes.
Termina el álbum con este delicioso ejemplo. Un conocido de Lolaaa hizo una cuna para que su nieta jugara con las muñecas, y pidió a nuestra lectora que la pintara.