Una estola de seda con flecos para Carmencita
Después de una década con tantos hermanos, reducir la vida a sólo una hermana se hizo extraño. Pero la generosidad y vitalidad de Tía Carmen consiguió cambiarlo todo. Me brillan los ojos al recordar esos veranos bajo el sol gaditano. Otra vez era la menor de muchos hermanos, que en esta ocasión iban a la playa en un Renault 12 ranchera de color burdeos, con tantos asientos imaginarios que el traye...