Hoy quería contaros un poquito sobre unas formas baratas y poco contaminantes de modificar el color del cobre. El color natural del cobre es un rosado pálido que a mí me resulta muy atractivo, pero el cobre reacciona muy rápidamente a la humedad, la grasa y otros factores ambientales, produciendo un cambio de color ya no tan atrayente... Una de las soluciones a este problema (aparte de la más obvia: limpiar el cobre, jajaj ;) es producir artificialmente una pátina intensa. En el mercado hay numerosos químicos que producen este efecto, pero voy a comentaros la forma de hacerlo con métodos caseros.
Hoy os contaré sobre una pátina de oscurecimiento, muy resultona en los trabajos con alambre. El procedimiento es sencillo:
1. Hacemos la forma que deseemos en alambre de cobre y la sometemos al calor hasta que la ponemos al rojo vivo. Esto se puede hacer con un soplete, pero también se consigue en menos de un minuto colocando el alambre de cobre sobre un fogón de una cocina de gas común.
2. Cuando está al rojo (OJO: quema!) la cogemos con unas pinzas o alicates y la metemos en agua fría. Ahí veremos cómo se desprende cierta cantidad de carbonilla, pero la mayor parte de nuestro alambre se quedará ennegrecido.
3. Esta pieza será ahora bastante blanda y quizá deseemos endurecerla de nuevo dándole unos golpes suaves con un martillo. Para que nos quede verdaderamente atractivo, el secreto es pasar una lija o lima volviendo a descubrir el tono natural del cobre en las partes que más sobresalen, para conseguir un interesante efecto de contraste. Y ya está!! Hay más fotos en mi blog personal, pinchando aquí. Está escrito en gallego e inglés, pero las fotos se entienden!!!
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