Los que me conocen, saben que me encanta la restauración, y cuando veo algún mueble, o "trasto" siempre pienso que se le puede conceder una segunda oportunidad, por muy estropeado o inservible que esté.
Pues bien, siempre tengo por mi garaje "trastos" de esos, como lo llaman mi familia. Buscando entre ellos, decidí recuperar un palancanero de forja para reutilizarlo como mueble para el baño.
Tenía dos modelos, uno redondo y otro rectangular, los dos estaban más o menos por el estilo.
Al final me decidí por el cuadrado. Y comenzé la fase de restauración. La verdad es que estaban bastante oxidados, y en concreto el cuadrado, tenía una pata totalmente deshecha por el óxido.
El primer paso fué lijado con cepillo de acero para quitar lo más posible el óxido, y dar una capa de pintura antióxido para proteger. Tuve que cortar una pata porque estaba totalmente deshecha, esto hizo que al igualar las demás, disminuyese la altura del mueble, pero lo suficiente alto como para no quedar mal.
Por último, le dí una mano de pintura de forja, para que resaltase más el efecto hierro y encajase con el estilo rústico de mi baño. En la parte inferior, le coloqué una cesta con utensilios de baño y en la parte superior, un cesto de mimbre forrado con tela de loneta para guardar las toallas. Y como toque final, en el asa lateral una toalla colgada.
Este es el resultado final, espero que os guste.