Ahora bien, si recortamos esos encajes o esos bordados podemos obtener piezas preciosas, a la vez que reciclamos ropas de casa que no sirven de nada olvidadas en un armario. Es el caso que veremos en este reportaje. Los encajes que utilizaremos estaban en los extremos de una antigua funda de almohada. !Vamos a reciclarlos sin miedo para obtener un precioso mantel individual!
Para perderle el miedo reverencial a las sábanas bordadas, lo mejor es cortar los fragmentos que te gusten, que normalmente serán los valiosos bordados, y guardarlos en la caja donde atesoramos los restitos de cintas y tiras que nos gustan.
Cortamos los hilos restantes de la vieja funda, y también dividimos un pasacintas que hemos encontrado en una mercería a muy bajo precio, ya que era un saldo.
Hacemos nuestra composición con ambos elementos, dando alas a la fantasía, y ponemos manos a la obra.
Ensartamos la máquina, unimos las tiras bordadas para obtener el ancho adecuado y las incorporamos a las tiras de la funda. Observamos una diferencia de color debida a la antigüedad de la funda, pero no importa ya que con el uso se igualarán los colores.
Ahora cogemos una cintita de raso que nos guste y la incorporamos al pasacintas, rematando los extremos.
El resultado final es un precioso mantel individual que nos alegrará el desayuno, un servicio tan grato como el descanso que nos proporcionó el mismo encaje como funda de almohada.