5 Hitos del Proyecto Educativo Pikleriano.

Gran parte del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI han sido testigos del trabajo de esta pediatra excepcional y de cómo se ha ido tejiendo el Proyecto Educativo Pikleriano.

El primer hito es su propia propia formación.

En Viena durante la década de 1920 reinaba una atmósfera extraordinaria, al igual que se respiraba en la vida cotidiana del Hospital Universitario donde se especializaba en Pediatría.

En el Hospital, la forma con la que se trataba a los/as niños/as y la actitud haca ello/as dejó una huella duradera en ella.


Fue allí cuando se familiarizó con bastantes de los principios que luego pondría en práctica en Budapest a su regreso:

Los cuidados pediátricos y las revisiones médicas se realizaban con amabilidad, con delicadeza, estableciendo un contacto empático con el/la pequeño/a y prestando atención al hecho de que lo que se tenía entre manos era un niño/a, sensible y receptivo/a.

Los/las niños/as enfermos no eran obligados a pasar el día en la cama, sino en rincones de juegos especialmente arreglado, inclusive para los más pequeños/as.

La ropa de los lactantes difería de lo habitual: las piernas no estaban fajadas y los pañales eran ajustados para que pudiesen moverse libremente.

Los/as niños/as, incluso los/as lactantes pasaban varias horas al día al aire libre en pequeños balcones; aún en invierno, bien protegidos contra el frío.

La prohibición de dar, inclusive al lactante enfermo/a, una cucharada de más de lo que él/ella aceptase gustosamente.A esta época temprana corresponden también las primeras convicciones relativas al desarrollo de la motricidad y a la actividad espontánea del bebé.

La doctora Emmi Pikler presintió que si se resistía a la tentación de entrometerse en esa actividad, de hacer en él/ella, de estimularle activamente o de incitarle a hacer tal o cual cosa, el bebé se activaba por sí mismo/a con placer y progresaba día a día, con confianza y determinación.

También estaba convencida de que el bebé no necesitaba de la intervención y la ayuda del adulto/a para recorrer el camino que va desde la posición tumbada boca arriba hasta la posición sentada, la posición de pie y el andar con soltura.

El segundo hito lo constituyen su matrimonio en 1930 con György Pikler, pedagogo y matemático, y el nacimiento de su primera hija, Anna en 1931.

György Pikler compartía el interés de su mujer por el desarrollo infantil. Juntos decidieron hacer lo posible para permitir el desarrollo saludable de su hija y Emmi Pikler tuvo, así, la oportunidad de poner en práctica sus concepciones relativas a no acelerar el desarrollo, respetar el ritmo natural y confiar en las iniciativas propias del niño/a facilitando su libertad de movimiento y su actividad autónoma.

El tercer hito constituye su experiencia como pediatra de familia entre los años 1935 y 1945.

Su concepción del trabajo como pediatra era muy original para su época (y lo sigue siendo en la actualidad): Emmi Pikler pone el acento en el acompañamiento a la familia y en promover un desarrollo físico y psicológico saludable más que en la curación de enfermedades.

Invita a las familias de cuyos bebés y niños/as se ocupa a intervenir mucho menos y a observar mucho más y comparte con ellas la visión de un niño/a sano/a, activo/a, competente y pacífico/a, que vive en paz consigo mismo/a y con su entorno.

Cada semana va a las casas de las familias, observa al bebé en presencia de su madre y habla con ella de los detalles, de las cosas de todos los días y de la importancia de organizar un modo de vida y un entorno que concilie la libertad de movimiento y la seguridad en una relación de calidad madre-niño/a, padre-niño/a.

Pudo así, durante estos 10 años que trabajó como pediatra de familia, verificar algunas de sus ideas, experimentarlas, enriquecerlas y elaborar un conjunto de principios coherentes.

El cuarto hito lo constituye el trabajo desarrollado por Emmi Pikler, y su equipo de colaboradoras, en la Casa-Cuna desde su creación, en 1946, hasta el año de su cierre en primavera de 2011.

Cuando Emmi Pikler se hizo cargo de la Casa-Cuna, su primera preocupación fue, de manera absoluta, el bienestar físico, afectivo y psíquico de cada bebé y la búsqueda de las condiciones óptimas para el mejor desarrollo posible de cada uno/a de ello/as.

Su objetivo era ofrecer, a los/as pequeños/as que ahí se criaban, una experiencia de vida que preservase su desarrollo y evitase las carencias dramáticas que pueden crear la ausencia de un lazo significativo con los padres/madres y la vida en una Institución.

En esta Casa-Cuna recibió a lactantes y trató de organizar los cuidados y toda la vida de la Institución de tal modo que los/as bebés pudieran tener un desarrollo lo más parecido posible al de los/as niños/as que había observado creciendo armoniosamente en el seno de sus familias.

Con este objetivo, desarrolló en Lóczy toda una pedagogía en la que uno de sus principios básicos era permitir que los/as niños/as, muy acompañados/as afectivamente, viviesen una total libertad de actividad y movimiento.

Tras su amplia y original experiencia como pediatra, La Casa-Cuna le dio la oportunidad excepcional de profundizar en sus descubrimientos, confirmarlos y enriquecerlos, junto al equipo de colaboradoras que allí trabajaban.

Fue por ello por lo que Lóczy se convirtió, también y de manera inevitable, afortunadamente para nosotros/as, en un lugar de investigación donde se llevaron a cabo rigurosas observaciones sobre los diversos aspectos del desarrollo infantil. Nada se dejaba al azar ni a la improvisación de las educadoras. Todo estaba pensado, previsto, aplicado, verificado y evaluado con un único objetivo: la creación y el mantenimiento de las condiciones favorables al desarrollo armonioso de los/as niños/as en el interior de la colectividad.

Es en este largo y fructífero período de la Casa-Cuna donde se formulan de manera más explícita los Principios Fundamentales que sustentan el Proyecto Educativo de Lóczy:

El valor de la actividad autónoma.

El valor de una relación afectiva privilegiada.

La necesidad de favorecer en el/la niño/a la toma de conciencia de sí mismo y de su entorno.

La importancia de un buen estado de salud física.Respeto a la importancia de un buen estado de salud física, decir, brevemente, que es un principio que sirve de base a la buena aplicación de los otros tres principios; pero que es también el resultado de la adecuada aplicación de los otros tres principios.

Por lo que respecta al buen estado físico, una de las características dominantes de todo el Proyecto es la explotación al máximo de la vida al aire libre.

La necesidad de favorecer en el/la niño/a la toma de conciencia de sí mismo/a y de su entorno, se asegura con la regularidad de los acontecimientos y la estabilidad y la previsibilidad de las situaciones.

Es sobre todo en los momentos de cuidados cuando, a través de un trato personalizado, se hacen los mayores esfuerzos para ayudar al niño/a a comprender quién es, qué le pasa, quién se ocupa de él, qué le hacen y que hace él/ella, cuál es su entorno, qué va a ocurrir después ...

Nunca se trata al niño/a como si fuese un objeto, sino como una persona de pleno derecho y, desde su más temprana edad y partiendo de él/ella, se favorece que tenga un papel activo en la relación cada vez que se entra en contacto con él/ella.

Vamos a detenernos un poco más en los otros Principios: El valor de la actividad autónoma, el valor de una relación afectiva privilegiada, y la relación dialéctica que se establece entre ambos en la propuesta pikleriana.

Bernard Martino, autor del film Lóczy, un hogar para crecer hace la siguiente reflexión:

"el funcionamiento en armonía de Lóczy se basa en una apuesta; la apuesta de que si uno se dedica intensa y en exclusivo a un bebé en ciertos momento privilegiados del día, los de los cuidados y los de su alimentación, estaría suficientemente colmado por la calidad de la relación, lo suficientemente tranquilizado en su fuero interno como para poder inmediatamente ocuparse de él/ella mismo/a, del mundo alrededor suyo/a y de los/as demás"

La misma idea en palabras de Chantal de Truchis ...:

"Un/a niño/a pequeño/a, sólo puede desarrollar tal actividad libre si se siente envuelto/a en una relación de confianza y ternura ...

... Después de los momentos de intercambio que se viven con mucha intensidad durante los cuidados, el/la bebé lleva en él/ella una fuerza que le permitirá actual luego por sí mismo. A medida que vaya creciendo, el tiempo de actividad impulsada por su propia iniciativa irá aumentando".




De la toma en consideración de estos dos Principios, de modo conjunto, se desprenden una serie de consideraciones:
- De manera irrenunciable, asegurar relaciones interpersonales estables, continuas e íntimas entre el/la niño/a y un número restringido y limitado de adultos/as, bien conocidos/as y una relación afectiva privilegiada con una persona de referencia.
- Cuidados de buena calidad, en el marco de una relación auténtica y sincera entre el/la adulto/a y el/la niño/a.
- El respeto al movimiento libre y a la actividad espontánea del niños/a. Ofrecer a todos/as los/as niños/as, desde su más temprana edad, las condiciones adecuadas que favorecen esta actividad libre que nace de su interior. Estas condiciones son; fundamentalmente:

un/a adulto/a que no interviene de forma directa; que se "retira" respetuosamente a un segundo plano, pero en una actitud atenta a las necesidades, al bienestar y a las señales del niño/a, y

un entorno apropiado pensado para los/as niños/as, rico, seguro y respetuoso con el ritmo de cada uno/a de ellos/as.- Un mundo estable y previsible que sostiene al niño/a y le permite encontrar sus referentes (en el espacio, en el tiempo, en el contacto humano...).

- En un marco de libertad, reglas y límites claros que permitan la integración de las normas sociales y una socialización pacífica.

- Ausencia de agresividad de las personas adultas.

- Proteger que los/as niños/as, cada niño/a, puedan experimentar la sensación y el sentimiento de ser "bueno". Confianza en la positividad humana que habita en cada niño/a.

- Centrarse y partir de lo que un/a niño/a es; no en lo que le falta.

- El respeto de la persona, de la personalidad, del niño/a.

El quinto hito en la construcción progresiva del Proyecto Educativo Pikleriano lo constituye la puesta en marcha de la Escuela Infantil 0-3.

"Lóczy" funcionó como Casa-Cuna entre 1946 y 2011, año que fue cerrada. Pero afortunadamente su cierre no supuso el desmantelamiento de este excepcional equipo y el final de su trabajo: en 2006 se creó la Escuela Infantil Emmi Pikler y es ésta quien ha recibido y continúa el legado de la Casa-Cuna.

El contexto, ha cambiado, pero los Principios que sustentan el Proyecto Educativo Pikleriano en la Escuela Infantil son prácticamente los mismos que guiaron el trabajo en la Casa-Cuna.

En ambos casos se trata de encontrar un equilibrio entre el bienestar y el desarrollo armonioso de cada uno/a de los/as niños/as, respetado/a en su individualidad, y la vida en grupo, en colectividad.

Está claro que los/as nños/as que acuden a la Escuela Infantil se reencuentran con sus familias todos los días y esto es algo que no ocurre en una Casa-Cuna o en un Orfanato ...

Evidentemente los riesgos son mayores en una Casa-Cuna; todo es más frágil y las consecuencias en los errores son más serias y no se pueden neutralizar fácilmente; pero todo lo que se ha tenido en cuenta para preservar el desarrollo saludable de los/as niños/as en una Casa-Cuna, es igualmente necesario tener en cuenta en el día a día de la vida de una Escuela Infantil.

Vivimos tiempos difíciles. Nuestra sociedad no cuida, cada vez cuida menos, cada vez le cuesta más entender la importancia de cuidar.

Este es el legado de Emmi Pikler y el de quienes con ella colaboraron y hoy continúan la tarea.

Terminamos con una nueva referencia al cineasta Bernard Martino. El film Lóczy, un hogar para crecer ve la luz en un contexto difícil, 1996, en el que está en juego la supervivencia de la Casa-Cuna ... la voz en off de Martino dice:

" Este lugar, único en el mundo, excepcional por su modo de funcionamiento, está en peligro de desaparición.

Si esto se produjera será una inmensa pérdida, no sólo para los húngaros, sino para todos nosotros.

Porque en este siglo que nos ha enseñado todo sobre las maneras de destrucción del individuo, únicos son los lugares en donde, como aquí, se sabe ayudar a construir el ser humano.".

Webgrafía: https://www.piklerloczy.org/
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Etiquetas: educar con amor

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