Y el hueco se lo he encontrado en mi cuarto de costura, para que se siente quien me acompañe, porque yo continúo prefiriendo mi silla con ruedas y asiento giratorio. Pero en las ocasiones en que tengo compañía, mucho mejor es que sea sentada, que no de pie.
Como veis he hecho una de mis composiciones con tela vaquera. Una amiga me dio todos los pantalones que se le habían quedado pequeños y cortándolos en tiras de 10 cm los he ido uniendo armonizando claros y oscuros.
Más contenta no puedo estar, me ha quedado un tapizado justo como yo quería: sufrido, alegre y discreto. Al estar junto a la cortina del armario que el otro día os enseñé, consideré necesario no incluir estampados que cansaran la vista y cargaran el ambiente.
Y por último os enseño el bajo de la butaquita, que también lo he cuidado, por supuesto jeje.
Muchísmas gracias por vuestra compañía.