A veces vamos de visita a casa de un amig@ ó vecin@ y te fijas en algún mueble que te ha llamado la atención por algo ó simplemente porque te gusta y piensas, ese mueble yo lo renovaría y quedaría perfecto en una estancia de mi casa. Bien, eso me pasaba a mí con este aparador, estaba practicamente olvidado y sólamente hacía la función de almacenaje de papeles y facturas en la trastienda de una amiga. En alguna ocasión le había comentado que me gustaba mucho y las posibilidades que veía en él. La propietaria del mueble me llamó para decirme que se trasladaba a otro local y que me regalaba el mueble que tanto me gustaba. Como podeis imaginar, yo estaba encantada y me puse manos a la obra. El aparador como se puede apreciar en esta foto era oscuro, tenía el sobre de mármol negro y además en la parte trasera llevaba un pequeño espejo que de momento está aparcado a la espera de otro cambio de imagen.
Primer paso, limpieza de suciedad, quitar barnices y lijado de la madera, para lo cual retiramos cajones y puertas. A continuación, ya podemos barnizar en el tono deseado. Si se desea otro tono diferente se puede teñir, pero en este caso, me gustaba mucho el tono que tenía, por lo que barnizé directamente con un barniz incoloro para que resaltase el color natural del mueble.
Los cajones y las puertas llevaban una cenefa metálica, clavada en la madera a modo de adorno, decidí retirarla.
El sobre era de mármol negro y no me gustaba mucho, además estaba roto y había que restaurarlo por lo que decidí encargar un tablero a medida. Lo lijé, teñí en el mismo tono que el mueble y lo barnizé.
En el lateral de mueble la madera llevaba un marco de otro tono diferente, lo que me sirvió de referencia a la hora de dibujarlo en las puertas a mano alzada con pintura acrílica, justo en el lugar donde estaba antes la cenefa metálica y dar una continuídad en el mueble.
Por último, añadimos a los cajones un listón de madera también teñido y barnizado en el mismo tono para cambiar su aspecto y poder añadir unos tiradores nuevos.
Una vez finalizado el proceso de cambio, este viejo aparador se ha convertido en un mueble auxiliar para mi dormitorio, pues los tonos de la madera encajan a la perfección con mi decoración y su gran capacidad de almacenaje me permite utilizarlo para guardar todos mis complementos, bolsos, zapatos, cinturones, pañuelos, joyas, etc.., y tenerlo todo a mano.
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