Cuenta la leyenda que el Ratoncito Pérez nos visita cada vez que se nos cae un diente. (evidentemente de leche jeje)
Sólo debemos dejárselo bajo la almohada y él a cambio nos dejará un regalito.
Nunca lo veremos pues es súper hábil pero el pobrecito necesita una puerta por donde poder entrar y salir.
Mi sobrina ya tiene su puerta, para que el Sr. Pérez venga a visitarla,
decorada en tonos rosas y con escalera a juego para que pueda bajar el rodapié.
Y es que la fantasía de un niño es lo más bonito que hay!!!!!!!!!!