Mr. Pángala y sus relatos: Einn episodio 21, Einn y los superpoderes

Acababa de ver la película de Superman en el cine y todavía estaba alucinando. La adrenalina fluía por mi cuerpo y entre los recuerdos de la cinta recién vista un pensamiento fugaz atravesó mi cerebro para quedarse. ¡Super poderes!, esa era la explicación. Durante toda la vida había pensado que era distinto a los demás. Está claro que todos somos diferentes, pero yo me refería a algo más grande. Y, ahora lo veía nítidamente. Me habían caído rayos en distintas épocas de mi vida y seguía vivo. Eso tenía que significar algo. No cabía duda, poseía algún super poder y debía averiguarlo pronto por mi propio bien y lo que es más importante, por el de la humanidad.

Ya que los rayos no habían conseguido matarme a pesar de haber insistido en ello, pensé que probablemente mi "habilidad" tendría que ver con la electricidad así que sin dudarlo preparé algunos ensayos. El primero era obvio, me enfrentaría con algo eléctrico que no fuese mortal, no fuera que ese no fuese mi super poder. Le corté a un tenedor las dos puntas o dientes de en medio y me acerqué, temeroso pero decidido a un enchufe. Unos instantes antes de introducirlo, decidí que enchufaría primero un transformador de 125v, la idea era clara, a 220v mayor calambrazo en caso de que no hubiese super poder por mi parte. Dicho y hecho, coloqué  el transformador y clavé el tenedor.

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Dos días más tarde cuando apareció la propietaria del piso donde vivo, me desenganchó del contacto eléctrico destrozándome una silla en la espalda. No puedo explicar con palabras cual fue mi sufrimiento, primero con el calambre y luego con la silla. El calambrazo no había sido lo suficientemente fuerte para lanzarme despedido y me quedé enganchado a la red eléctrica cerca de 48 horas viendo como las luces de la casa subían y bajaban su intensidad. Durante semanas los aparatos eléctricos se encendían a mi paso. Desprendía tanta electricidad que en mi finca algunos vecinos decían que podían cargar el teléfono móvil dejándolo en el felpudo de la entrada. No pude dormir a oscuras durante bastantes días y encima no me podía sentar en ningún sitio ya que la única silla que tenía me la habían despedazado en el lomo. La dueña se excusaba diciendo que me había salvado la vida, pero tenía unos guantes de goma encima de la silla y no los utilizó aunque había estudiado para electricista, además desde que me vio hasta que me pegó el sillazo, limpió la casa y luego llamó por teléfono a Videncia Tv.

Como había quedado demostrado que mi cuerpo no dominaba la electricidad, comencé a pensar en cual podría ser mi autentico super poder. ¿Tal vez super inteligencia? No, recordé que había comprado una máquina para aprender a jugar al ajedrez y no había conseguido ni encenderla y lo que es peor, ni sacarla de la caja, ahora que lo pienso fue un logro comprarla. El vendedor era un señor marroquí con ascendencia japonesa que gustaba de regatear comercialmente hablando y que según me dijo, no tenía carnet de conducir. Empezó la puja por  750.000 euros y yo ni siquiera quería esa máquina, lo que necesitaba era un llavero, así que le ofrecí 50 céntimos. Tras varios días de regateo, en los que no paramos ni para ir al baño, se la compré. Me sabe mal decirlo, pero probablemente el señor Farouk Ito, que así es como se llamaba, todavía estará llorando ya que finalmente la compré por algo menos de lo que él pedía originalmente. Bueno, volvamos al tema. Super fuerza tampoco. Aún me avergüenzo de cuando pedí tres tristes kilos de patatas en el tendero y tras diez minutos de voluntad y varios pedetes provocados por el esfuerzo tuve que dejar la bolsa fingiendo que me había convertido de repente en zombi. ¿Supersónico? ¡Ni de coña! La única vez que he tenido que correr dándolo todo, me adelantó una anciana que iba andando apoyada en dos bastones, ¡decía que le cerraban la farmacia! ¿Super mal aliento? Sí, pero no es un super poder sino un super problema, sobre todo a la hora de ligar. ¿Super sticioso?, también pero eso ni siquiera es Super. ¿Superficial? Si, en casa solo vemos Divinity y el Deluxe y no, no me gustan las baladas heavys, corazones. Super mirada asesina va a ser que no. Un día se la eche a un niño y me abrazó inmediatamente, lo que me llevó a echársela a una mujer atractiva a la que inmediatamente se le erizo el cabello y apartándose, abrazó a otro que observaba la escena y ya la esperaba con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos. La verdad es que fue muy emocionante ¡como aplaudía la gente!

Tenía que parar. Me estaba volviendo loco. No paraba de pensar en eso así que decidí despejarme un poco y tomarme un gin-tonic de esos modernos. Yo lo pedí de los que saben a ron con cola. Un rato después el gin-tonic inicial se convirtió, con la relajación, en cinco y dieron paso a una nueva idea de super poder. Super vomitador espectacular?, ya me veía en los X-Men.

Al día siguiente, una vez recuperado, comencé a dudar acerca mi super poder. ¿No sería posible que realmente tuviese un montón de poderes pero todos chungos, es decir infra poderes o mejor, super debilidades? En ese estado de reflexión profunda me hallaba cuando me entró hambre y me dispuse a meterme entre pecho y espalda un bocata de panceta y de pronto caí. Mi capacidad de sacrificio ingiriendo bocatas de panceta era enorme y mi estómago nunca se había quejado por procesar tantas toneladas de carne grasienta. Aquel si era mi super poder.  Super estómago. No servía para salvar vidas, pero finalmente descubrí mi super poder y aunque no me creáis, me arregló el día que dicho sea de paso venía siendo una mierda.

¡Ah!, y si tú también tienes algún super poder no esperes más y cuéntamelo.

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