Educa las emociones en familia.

Gestiona tus emociones. Educar en familia

Educa en el ejemplo.

Hoy te voy a hablar de la importancia que tiene gestionar tus emociones y cómo influyen en la educación de tus hijos.

Nuestras emociones van a repercutir directamente en nuestros hijos dado que a lo largo del embarazo y al nacer las emociones ya están presentes, todas son necesarias y van apareciendo con más fuerza a unas edades que a otras.

Afrontar y gestionar tus emociones te ayudará en diferentes áreas de tu vida afectando positiva o negativamente a los que te rodean, por ejemplo tus hijos y tu pareja si la tienes.

Las emociones no se pueden controlar, nos gusten o no.

Hay preciosas emociones que nos gusta sentir como la alegría, el placer, el amor, etc. Pero también hay algunas de ellas que no nos son de agrado sentirlas como la rabia, la ira, el odio, la vergüenza, etc., dado que nos han educado en que lo correcto es no sentirlas, esconderlas y no expresarlas. Por lo contrario son emociones que deben de salir de nosotros expresándolas y no dejando que nos lleven a la depresión, estrés, fobia, etc., repercutirían directamente en nosotros y por lo tanto en nuestra familia.

Dado que nunca nos han educado en este aspecto es difícil poder educar correctamente a nuestros hijos para que sean conscientes de la importancia que tiene el saber conocer, gestionar y expresar lo que sienten.

No hay emociones buenas, ni malas, simplemente tenemos que ser conscientes de que muchas no son de agrado sentirlas pero es muy necesario y positivo expresarlas como por ejemplo el enfado, la rabia y muchas otras.

Debemos de expresar nuestras emociones si por ejemplo estás enfadada, triste, alegre, etc., para que tus hijos las conozcan y las expresen al igual que tu. Que sepan que es importante sentirlas, reconocerlas y lidiar con ellas.

Como puedes ver tu hijo aprende por imitación por lo tanto si tú te expresas hablando, poniendo nombres e identificando las emociones ellos también lo harán.

Mi consejo de hoy:

No niegues las emociones ni les quites importancia. (Por ejemplo, ¿cómo te vas enfadar por esa tontería?).

No lo ridiculices. ( Por ejemplo: eres un miedica).

No des constantes soluciones si no te lo pide. (Por ejemplo: si te has enfadado con tu primo ahora lo que tienes que hacer es ir a junto de él y hablar)

Déjalos que se expresen. (Por ejemplo: no llores no te ha pasado nada. Llorando puede estar expresando su enfado, ira o rabia. Déjalo que se exprese).

No los súper-protejas y hazle ver la realidad.

Un abrazo.

Laura B.

Fuente: este post proviene de Laura Balado, donde puedes consultar el contenido original.
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